"Se siente como un creador casi divino que crea, ex nihilo, la persona amada a través del poder que ésta le concede (especialmente el poder de dominación, manifestado en todos los hombres únicos y conocidos exclusivamente por ellos que se dan mutuamente los enamorados y que, al igual que un ritual iniciático, marcan un nuevo nacimiento, un primer comienzo absoluto, un cambio de estatus ontológico); pero un creador que, a cambio y simultáneamente, se vive a sí mismo, a diferencia de un Pigmalión egocéntrico y dominador, como la criatura de su criatura".
de La domination masculine
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